Muchas veces nos encontramos con que, tras recibir nuestro certificado, lo único que nos llama la atención y reparamos en ello es la calificación, en una escala que tampoco nadie nos ha explicado lo que significa. En este artículo vamos ayudaros a interprestar los datos más importantes que se reflejan en el certificado de eficiencia energética.
Resume los datos de la vivienda certificada y la empresa que ha realizado el certificado de eficiencia energética. Muy importante el año de construcción, la zona climática donde está y la normativa bajo la que se construyó.
Lo más importante, la calificación general, expresada en kgCO2/m2 Año. Esta escala (de la A a la G), es similar a la que nos podemos encontrar en los electrodomésticos, tales como neveras, lavavajillas, etc. Siendo su siginificado el mismo, cuanto más próximos a la A, más eficiente es nuestro inmueble. Si bien, no nos engañemos, conseguir una A es prácticamente imposible, y lo normal es tener una E.
Y la fecha del certificado recuerda que su validez es de 10 años.
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Nos encontramos con los datos más relevantes para el cálculo de la envolvente térmica, la definición de cerramientos, tanto tabiquería como ventanas. Siendo el dato más relevante el que nos muestra la transmitancia térmica, reflejo de la capacidad para aislarnos del calor exterior, o retener el que tenemos dentro. Cuanto más bajo es la transmitancia mejor aislamiento tiene nuestra vivienda y, en consecuencia, menor gasto en climatización.
La transmitacia oscila entre 3 y 0.5 W/m²·K en los muros, siendo los más habituales los valores en torno a 1.5W/m²·K, y en el caso de las ventanas entre 6 y 3W/m²·K, llegando algunas de las ventanas con más aislamiento a valores cercanos a 2W/m²·K. Estos datos nos deben dar una idea de la calidad o necesidad de rehabilitación de la “cáscara” de nuestra vivienda.
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Nos muestra brevemente los datos de las instalaciones de climatización, así como de agua caliente ACS de nuestra vivienda, con los rendimientos globales de cada instalación (nunca el rendimiento del propio aparato, sino el de la instalación completa) incluyendo las conducciones y los elementos adicionales de estas.
También podemos encontrar el tipo de combustible que empleamos, siendo esta otra de las variables que afectan muchísimo a la calificación energética. Lo que más nos penaliza es que nuestras instalaciones empleen electricidad para calentar principalmente o para el agua caliente sanitaria.